OSCURIDAD
Un dolor crepuscular invadió la sede de tu
corazón, te preguntarás quién soy yo y porque te infrinjo tanto horror. Pues es
verdad, no soy más que un triste holgazán que se niega a avanzar, así me
escondo entre los escombros de mi ambición y me visto con la clave del desamor.
Lárgate de mi mente – me gritaste – ya sé quién eres, no puedes hacerme creer
por más tiempo que tú soy yo. De acuerdo – te contesto - ahora que me hablas de
frente, ya puedo irme. Adiós