El Control del
Instinto
Perfumaste mi mirada rota,
con esencias de amor y de derrota,
mas eso a ti te daba igual,
pues tu creías que la derrota,
te había merecido y vuelto loca,
y así loca de atar,
me habías brindado,
un amor celestial.
Sentí tu caricia,
la que alivió mi corazón encogido.
Me besaste,
te besé.
Me miraste a los ojos,
y me otorgaste la mayor fe.
Hoy cada día te pido,
que me perfumes,
para que nunca me olvide
de tu sensatez.
Creo que en realidad no estás loca.
Joanna Escuder
Extracto del Anexo 3ª Etapa
del Camino del Ego al Logos -
Un Camino sin retorno,
del Libro Códice Cosmosóphico
de la Escuela de Temple Inanna
