Mensaje Nº53
ADICCIONES
Suplicando estuviste hasta que de madrugada una
voz firme gritó que no pasaba nada, salí a ver quién era, quien gritaba de
aquella manera. Entonces lo supe, supe que estabas harta de mi infantil locura,
pues cada vez que la noche me atrapaba, te levantas en plena madrugada para
calmar el dolor que me infringe conectarme con la almohada.