TRASCENDER
Cuando
cogí la maleta de mis pertenencias, advertí que era frágil y ligera. Me sacudió
un fuerte dilema: ¿Era mía o no lo era, esa maleta…? Decidí abrirla y para mi
sorpresa, descubrí que sí lo era. Tuve la certeza, al saber que estaba vacía de
toda materia.