LIBERTAD
Observé
mis tobillos. No tenía la llave de las cadenas que laceraban mi piel. Estaba resignada
a no escaparme, a continuar en esa extraña vida, a la que no sé cómo llegué. En
un sueño, vi que tenía alas, que en mí existía un Alma que no dudaba de su
derecho a la Libertad. Surqué mares y montañas. Me desperté. Algo pendía de mi
cuello. Era la llave. Dudé. Cogí fuerzas y abrí el candado. Hoy soy un Ser
Libre.